- Nombre científico: Melissa officinalis.
- Nombre común: Melisa, Toronjil, Hoja de limón, Tarongina, Abejera, CeDronella, Melisse, Been balm, lemon balm.
- Altura: 50 cms. a 1 metro.
- Necesidad de luz: Media.
- Temperatura: 20 a 22º C.
- Riego: Moderado y luego un poco más en los períodos secos.
- Abono: Sustrato arenoso, rico en materia orgánica y humus.
La melisa o toronjil, tiene su origen en el sur de Europa, norte de África y Asia suroccidental. Actualmente, la melisa abunda en la cuenca mediterránea, a ambas riberas del mar, y asciende hasta el sur de las islas británicas por el norte, y al norte de Marruecos y Asia central.
También es cultivada en Estados Unidos y México.
¿Qué características tiene la planta melisa?
La melisa es una planta aromática, medicinal y perenne de la familia de las lamiáceas, de muy rápida propagación y fácil cultivo, sobre todo en zonas donde predominan los climas templados y en suelos abundantes en materia orgánica.
Los tallos de la melisa son herbáceos y rastreros con hojas opuestas, pecioladas, profundamente veteadas y cubiertas con pelos rígidos.
Las hojas también presentan un color verde intenso, tienen borde dentado y generalmente miden 7 centímetros de ancho por 9 centímetros de largo.
Las flores de la melisa brotan de las axilas de las hojas y suelen presentar colores blanco azulado, rosado o amarillo. La melisa está compuesta de un aceite esencial rico en citral, citronelal y geraniol, taninos, ácidos triterpénicos y orgánicos, resinas, mucílago y un principio amargo.
A la planta de melisa se le atribuyen propiedades digestivas, antiespasmódicas, diuréticas, carminativas, sedantes, antibióticas, antivirales, entre otras, aunque no están confirmadas científicamente.
Sin embargo, se ha comprobado que la melisa tiene importantes beneficios como relajante muscular, ayudante de la digestión y para combatir la halitosis.
Cuando los problemas físicos no requieren de atención médica extraordinaria se aconseja tomar melisa contra las digestiones difíciles, los cólicos nerviosos, los vértigos y los zumbidos del oído. Estudios científicos señalan que la melisa puede provocar reacciones alérgicas en algunas personas.
¿Cómo regar la melisa?
¿En qué estación es mejor cultivar la melisa?
¿Cómo sembrar la melisa en 5 pasos?
- Seleccionar y preparar la semilla o el esqueje de melisa.
- Colocar, en un envase o maceta, una mezcla de dos partes de tierra de jardín, una de compost y otra de arena con un buen drenaje para evitar encharcamientos.
- Se recomienda sembrar por separado o dejando un espacio de 40 centímetros entre cada semilla o esqueje.
- Ubicar la planta a pleno sol o semisombra y regar sin encharcar.
- Trasplantar los especímenes jóvenes de melisa cuando tengan alrededor de 10 cms, a su lugar de cultivo definitivo.
¿Qué cuidados necesita la melisa?
Al igual que otras especies aromáticas, la melisa sufre mucho durante los calores y las lluvias del verano.
Para su cultivo la melisa requiere de suelos arenosos, que estén bien drenados, y no necesitan de mucha luz solar.
Las semillas frescas de la melisa pueden germinar a los 5 ó 6 días, y cuando tienen como un mes de nacidas deben trasplantarse a la tierra a una distancia aproximada de 0,5 m.
En invierno la melisa pierde su parte aérea y sus yemas se quedan al ras del suelo, donde permanecen protegidas por el humus de la superficie hasta que vuelven a brotar a principios de la primavera.
Las hojas de la melisa deben ser recolectadas antes de la floración cuando los brotes alcancen los 30 centímetros de alto, para aprovechar mejor su sabor, aromas cítricos, y sus principios activos.
Durante el proceso de secado, las hojas de melisa deben colocarse extendidas sobre un papel a la sombra y con una buena ventilación y luego guardarlas en recipientes herméticos.
En el caso de que se quieran conservar las hojas secas de la melisa deberán guardarse en bolsas plásticas en la heladera por unos días o pueden ser congeladas.
¿Cómo podar la melisa?
Con el uso de herramientas apropiadas y tijeras desinfectadas y limpias se eliminan los tallos que van floreciendo para promover el desarrollo de follaje nuevo, que es el más aromático.
En climas y ambientes fríos, la melisa se corta al ras en otoño, tras la floración, cubriéndola con paja o mantillo para que pueda alimentarse y volver a renacer en la primavera.
¿Qué plagas y enfermedades afectan a la melisa?
La melisa es una planta que es bastante resistente pero puede ser atacada por enfermedades como el oídio y plagas como las babosas, nemátodos y royas.
Durante el verano, el oídio causado por el hongo Erysiphe galeopsidis produce manchas blanquecinas sobre los tallos y hojas de las melisas enfermas.
En muchas ocasiones y por tratarse de una planta aromática y herbácea se podrá combatir los hongos con una buena poda de la melisa a ras de suelo.
¿Qué significado tiene la melisa?
El médico y farmacéutico griego Dioscórides, en su libro III, destaca el papel de la melisa para tratar enfermedades de la piel y como antídoto contra la mordedura de alacrán y de serpiente.
Los druidas centroeuropeos incluían a la melisa en sus fórmulas mágicas y curativas. Por su parte, Avicena, el médico árabe, aseguraba que la melisa alegraba al espíritu y alejaba las tristezas.
Entre los significados de la melisa se encuentra que es la base del agua de la Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo: los Carmelitas.
En la antigüedad, la melisa se cultivaba para alimentar a las abejas. En sus escritos, Virgilio y Plinio señalan que la melisa sirve para el cultivo de los enjambres de abejas, por su intenso perfume.